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Aniversario de Olavarría: la construcción del “ser olavarriense”

Empresarios, artistas, docentes, funcionarios, deportistas, vecinos y vecinas, fueron tan solo algunos de los consultados en un nuevo aniversario de la ciudad. Saludos, deseos, aromas, anécdotas y recuerdos en su cumpleaños número 153.


Orgullo, alegría, emociones, equilibrio, oportunidades para crecer y vivir. Una ciudad catalogada como “mediana” del centro de la Provincia de Buenos Aires puede ser mucho más que eso. Los que están acá, los que se fueron pero que la extrañan, los que no saben si se van a quedar pero la disfrutan. Olavarría cumple 153 años y en su aniversario, una pregunta: ¿qué es ser olavarriense?

 

Central de Noticias contactó a empresarios, funcionarios, artistas, docentes, deportistas, y varios etcéteras, para que traten de responder una simple –pero a la vez muy compleja- pregunta: ¿qué es ser olavarriense?

 

Aquí, en la primera parte, nos iremos acercando a una respuesta. ¿Hay una sola respuesta?

 

Federico Chingotto (jugador profesional de World Padel Tour)

 

Siempre llevo conmigo los recuerdos de esta hermosa ciudad, de la gente, de mi familia. Ahora que estoy lejos, viviendo en España, se extraña mucho pasear por el parque, ir al cine y demás cosas que hacía cuando estaba allá.

 

El gran recuerdo que tengo es el cariño que me da toda la gente de la ciudad y, obviamente, mi familia. Una de las cosas que más me gusta, sin dudas, es el arroyo Tapalqué, ya que me gusta muchísimo pescar y tengo la suerte poder ir cuando estoy por allá, ya que vivo cerca del arroyo. Disfruto mucho estar allí sentado, con ese paisaje, esa es una de las cosas que más extraño.

 

Muy feliz cumple a mi ciudad.

 

César Longo (presidente de la Unión Industrial y empresario)

 

La Unión Industrial, como cualquier entidad intermedia que representa a la industria o al comercio, es importante y valedera para la ciudad. Tener ese equilibrio de defender los intereses de lo que es el traccionamiento de la economía genuina de cualquier lugar, en este caso Olavarría. Estamos convencidos que con un fortalecimiento de la Unión Industrial en cuanto a representación es bueno para el gobierno que esté, para darle el camino que creemos que es conveniente para el crecimiento genuino de la ciudad.

 

Hacemos caso a toda la problemática y no problemática en cuanto a la industria, el comercio, servicios que tiene Olavarría. Es una de las principales ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires, con una economía diversa. Tiene una economía volcada a lo que es la industria pesada, vinculada con el cemento, la minería a su vez que tiene el 60% de los despachos de cemento del país, entonces todo eso dinamiza una economía y una industria al servicio de eso. Y además un montón de industrias que se perfeccionalizaron para dar servicios en todo el país e incluso internacionalmente, sumado a un desarrollo de 5 parques industriales, creemos entonces que es algo para tener en cuenta y traccionarlo para que evolucione.

 

Olavarría es una gran ciudad, tiene una potencialidad para crecer enormemente en cuanto a la industria y el comercio, pero para que eso suceda tiene que haber una proyección a largo plazo, una visión estratégica hacia dónde queremos ir como ciudad y ciudadanos. Olavarría, administrándola bien y teniendo una visión estratégica, puede crecer enormemente y estar a la altura de Bahía Blanca o más aún, la tenemos que construir entre todos, poner un granito de arena todos los que participamos.

 

Hilario Galli (secretario de Gobierno)

 

Desde siempre estuve muy relacionado al deporte. Con mamá y papá profesores de educación física, no encuentro momento de mi infancia o adolescencia en el que no esté al aire libre, que no disfrute de los espacios verdes que tenemos en Olavarría.

 

Nacido y criado acá, iba a la Escuela, a jugar al fútbol, al softbol, al vóley… a cuanto deporte pudiera hacer en cada momento que tuviera sin responsabilidades.

 

Luego me fui a estudiar Economía a Capital, y encontrar ese equilibrio resultaba más difícil sobre todo por las distancias. Por eso, ni bien me recibí volví a Olavarría.

 

Ahora siendo adulto me pasa lo mismo que cuando era chico. Tengo mi trabajo y mis obligaciones, pero siempre estoy buscando ese momento libre para aprovechar y salir, hacer deportes, recorrer los parques, las plazas, cada uno de los rincones verdes que tenemos en la ciudad y las localidades.

 

Esta es una ciudad totalmente equilibrada, desde la industria al campo, desde las obligaciones hasta el recreo, y creo que ser olavarrienses, al fin de cuentas, es eso: es vivir en un perfecto equilibrio.

 

José Eseverri (ex Intendente 2007-2015 – abogado)

 

Las ciudades son el resultado de un conjunto de factores y oportunidades, para eso se requiere fundamentalmente de las decisiones lúcidas o no, estratégicas o no, de sus dirigentes políticos, empresariales, sindicales y sociales.

 

Olavarría tiene la necesidad de incorporar una mirada estratégica post pandemia para ser una ciudad del siglo XXI.

 

Hoy el mundo está repensando sus ciudades frente al fenómeno de la pandemia. Por ello hay nuevos conceptos de urbanismo, comunicaciones, interconexiones que se deben plantear como plan estratégico de nuestra ciudad.

 

Las ciudades de los 15 minutos donde la cercanía de servicios públicos y comercios reduzca las necesidades de movilidad, las nuevas tramas urbanas, la interconexión digital garantizada por el Estado, una economía innovadora basada en el conocimiento promovida por el Estado Municipal, son las claves para una mejor calidad de vida y la posibilidad del desarrollo de una sociedad de mayor valor agregado en la que valga la pena vivir.

 

Olavarría lo puede hacer porque cuenta con un gran capital social que permite cumplir este desafío.  En Olavarría, a lo largo de la historia, sus dirigentes supieron “leer” los desafíos de cada época para hacer de nuestra ciudad una referencia provincial y nacional y una tierra de inversiones que generen trabajo.  Para esto se requiere orden en la administración estatal y recursos puestos al servicio de los desafíos del Siglo XXI. Hoy se necesita un Acuerdo para el Desarrollo que nos consolide y proyecte como una ciudad moderna, pujante e innovadora, integrada socialmente con oportunidades laborales para quienes nacen acá.

 

Chicho Térez (artista)

 

Foto: La Cresta Autogestiva
Foto: La Cresta Autogestiva

He escuchado decir que Olavarría es una ciudad aburrida, chata, conservadora, y facha. No lo niego, pero no creo que irse de la ciudad sea una opción cuando se puede revertir, reconstruir y deconstruir.

 

En sus tierras hay prosperidad, hay abundancia, y tesoros. Que lastima que algunos decidan explotarlo y apropiárselo, en vez de compartirlo. Pero por suerte existen lugares en la ciudad que si saben de compartir y distribuir. Los espacios culturales, los entornos colectivos y cooperativos. Olavarría me ha dado la posibilidad de desarrollarme como artista, y todo escenario que pude, lo pisé. Siempre con otres, nunca sola.

 

¿Olavarría es conservadora? Sí, claro que lo es. Aún siguen desde las veredas las miradas de odio y fobia. Pero me quedo con aquelles que hacemos frente y nos embanderamos de fuerza ante tanta maldad.

 

Olavarría tiene O de olores. Olor a cemento aplastante y gris, pesado y caluroso. ¡Pero olores a jazmines y flores que crecen en los patios y campos de mis amigues! Donde me quiero quedar.

 

Lejos del individualismo, de la riqueza en pocas manos, lejos del poder que oprime y reprime. Cerca de mis amigues, cerca de la tierra, cerca de quienes si creen en una lucha colectiva y amigable. Cerca de la disidencia siempre. Cerca del arte, de la cultura popular y local, aquella que por momentos se ve vulnerable y vapuleada.

 

Olavarría es donde ahora estoy, si me quedo si me voy, no lo sé. Pero ahora estoy acá, disfruto de lo que tengo ganas de disfrutar. Y me alejo de aquello que en Olavarría está tan mal.

 

Fernanda Moraga (actriz, docente)

 

Foto: La Cresta AutogestivaDurante las primeras lluvias de aquel año…nadie en mi familia sospechaba que entre el dicho y el hecho habría un largo trecho de 2 años. Nadie imaginaba que las lluvias no cesarían tan pronto, que el deseo de que sucediera se iba a hacer esperar. Nadie imaginaba lo que pasaría después.

 

La amenaza de la subida del arroyo hizo que mi familia se trasladara por unos días a Loma Negra a esperar la calma y volver. Esos días se convirtieron en dos años. La casa de la calle Salta, la casa de los abuelos era el lugar de destino para pasar esos días. Seguro llegamos con muy pocas cosas, dejando atrás esa otra casa que habitábamos sobre la calle España casi Estrada…de un barrio que días más tarde se vería afectado cruelmente por la inundación. Mi papá trabajaba en la fábrica, mi mamá nos cuidaba y se ocupaba de nosotros y seguro también estuvo alegre de volver a su barrio en Loma Negra…a reencontrarse con esa gente que aún hoy rememora con tanta precisión, nostalgia y amor de un tiempo pasado lleno de esplendor. Puede nombrar con lujo de detalle quién vivía en cada casa…nombre y sobrenombre, anécdotas…recuerdos vivos.

 

La cuestión es que entre mis 6 y casi 8 años viví en la Villa Vieja, en la casa de mis abuelos maternos y muy cerquita de la de mis abuelos paternos.  En esa época y por mucho tiempo las calles eran de tierra, estábamos a una cuadra de las vías y cerca, muy cerca de la fábrica. La cuadra la habitábamos muchas niñas y niños de edades diversas. Con mi hermano supimos vivir esa infancia de una manera casi mágica. Disfrutando cada encuentro…cada juego, la exploración del barrio, las anécdotas de terror contadas en grupos en algún zaguán cuando el sol iniciaba su despedida. El verano nos daba lugar, aire, club de niños, pileta pelopincho, nísperos calientes del árbol gigante del fondo, aroma a rosas de la abuela, dulces de higo, desafíos, olor a espiral.

 

El verano, la villa, la nueva rutina de habitar acompañada esos días que no fueron sólo un par…hace que en mi memoria quepan, casi exclusivamente, esos momentos de mi infancia y no otros. Volver a la ciudad no sé si fue doloroso, pero seguro inicié mi otra etapa de la infancia en Olavarría, colmada de sensaciones, aventuras que sólo la Villa supo darme. Y la villa son las personas, sus paisajes…y ese territorio fantasmal de recuerdos que se aggiornan con los años.

 

Federico Aguilera (subsecretario de Minería de la Provincia)

 

Olavarría es la ciudad que me vio nacer, crecer y que elijo para vivir y pasar el resto de mi vida. Acá es donde están mis afectos, mi familia, amigos y compañeros.

 

Olavarría es un lugar único en el mundo, por su historia, su gente, su ubicación, que la hacen distinta.

 

Fue y es, la capital del trabajo, del cemento, del Turismo Carretera. Un lugar donde conviven la belleza de las sierras, el arroyo y las llanuras, que se entrecruzan con la riqueza y diversidad cultural de pueblos inmigrantes, localidades, colonias y parajes.

 

Es un lugar donde se une el potencial del desarrollo industrial de las grandes urbes con las viejas costumbres y tradiciones, es posible vivir de una forma más tranquila que en las grandes ciudades con gente que todavía conserva valores y lazos de solidaridad y cordialidad.

 

Es el municipio de las oportunidades, aunque no puedo dejar de mencionar que también hay desigualdades y deudas que saldar con su pueblo.

 

Hay mucho por hacer, y eso es lo que me motiva a seguir trabajando y aportando en todo lo que pueda por una Olavarría mejor. Soy un agradecido de los vecinos y vecinas que me han acompañado todo este tiempo, en lo personal y en mi actividad. Amo Olavarría, por eso quiero lo mejor para ella y su gente, con la que no tengo más que palabras de gratitud y afecto. Ser olavarriense es un orgullo.

 

Guillermina Amespil (concejala)

 

Si bien nací en Rauch (Pcia. de BsAs), llegamos a Olavarría en familia en el año 87 y siempre nos dijimos -y sentimos- olavarrienses. Esto creo que explica en gran parte el “ser olavarriense”, te sentís parte de algo más grande que vos: algo que te define, te constituye, te significa.

 

Soy olavarriense … Y al decirlo, sentimos que lo contiene todo: sus parques, su gente, su historia. Siempre invitamos a quienes no la conocen a que nos visiten, que la recorran. Y uno acompaña orgulloso, dando por descontada la hospitalidad que encontraremos en cada rincón que visitemos, y eso sumado a lo imponente de sus paisajes, seguros de que es un hermoso lugar para vivir y realizarse.

 

Por esto mismo me volví también olavarriense por elección. Luego de muchos años fuera de la ciudad elegí volver, sabiendo que Olavarría tenía todo lo que necesitaba y no encontré en ningún otro lugar.

 

El olavarriense es trabajador, gentil, de la familia y los amigos, casi por definición. Nos gusta andar en grupo y conformar equipos para prácticamente todo. Lo vemos en cada agrupación y emprendimiento que nace. Si es con alguien más, mejor. El esfuerzo compartido como base y como fin. Y creo ese es también un gran valor que nos caracteriza. También, el empuje en la industria y el campo nos vuelve prácticamente únicos en la Provincia.

 

Y por último, algo que creo siempre tuvo Olavarría y es quizás la clave de su singularidad: es una localidad que se amolda a los tiempos que se viven.

 

Siempre da la sensación de estar en tema, pensando en lo que sigue, una sociedad que vive el presente y se anima a enfrentar (y pensar) el futuro. Respecto de lo cual me atrevo a pensar tienen mucho que ver las Facultades e instituciones educativas, otro gran distintivo local, y fundamentales para el desarrollo de todos nosotros.

 

Así las cosas, en este 153º Aniversario nos deseo unidad y la generosidad de sabernos iguales, con un destino común: ¡el seguir siendo orgullosamente olavarrienses!